Nuevo año y mucho más tiempo para volver a la carga. Todo el mundo está marcando sus propósitos para 2019 y esta vez yo he decidido no tener propósitos en sí porque luego al final no cumplo ni la mitad o me marco demasiadas cosas y son imposibles de abarcar. Son ya muchos años y me conozco, por muy bien que trabaje bajo presión, también trabajo muy bien con la mera ilusión y sin metas concretas, solo claras y generales, que buscan su propio camino. Por ello, retomo el blog con emoción, pero sin decir que voy a escribir x día todas las semanas, que una semana será de reseñas y otras sobre tips para escritores, y ese tipo de cosas. ¿Qué todo el mundo dice que es mejor marcarse y tener una cuadrícula? Sí, claro, a mí me encanta programar pero cada uno tiene sus modos y sus ritmos y para empezar, empezaremos así. A gusto y a lo loco. Empezar después de mucha preparación nunca me ha funcionado con esto, veamos si el no hacerlo, sí funciona. O, quizá, solo sea otro intento más. Pero, por una vez, sé que esto es de escribir lo que me apetezca en cada momento, de compartir lo que me ilusione ese día o durante esos días y cosas por el estilo. ¿Ya me entiendes, no?

¿Qué voy a escribir por aquí? Pues ya veremos, lo que se me ocurra. Relacionado con escribir y leer, eso sí. Desde reflexiones sobre escribir hasta compartir mis avances porque siempre me motiva. Quizá, también, alguna vez caiga alguna reseña, o alguna idea que se me va formando cuando voy leyendo. Es posible, además, que aparezca por aquí mi obsesión por tenerlo todo registrado y salgan mis mil contadores. O lo mismo no. Puede que las entradas sean cortas o, más que posiblemente, bastante largas porque me enredo más que las persianas. Lo mismo una semana aparezco por aquí casi todos los días y, luego, estoy un tiempo sin dar señales de vida. Mi tono variará continuamente, seguro. ¡Esa es la aventura! Quiero ver como esto se va formando y creciendo, quiero ver como nos forjamos juntos, este espacio y yo. Iremos improvisando (y planificando otras veces), ¡y ya veremos! De hecho, la estructura del blog a día de hoy todavía no está actualizada del todo, pero esto es como cuando tienes una nueva historia en mente: por mucho que tengas que tener algunas pinceladas antes de empezar, si tardas mucho en escribir el primer capítulo o el fragmento que tienes en mente, quizá pierdas la emoción inicial que arranca como un torrente. Así que cuelgo el cartel de En construcción y vamos procediendo y dandole forma, porque la perfección no la voy a encontrar nunca y un hogar se hace poquito a poco.

Por lo demás, y a modo de rápida introducción después de tantos años, escribir y leer en el alma como dice la biografía que me puse en el perfil de blogguer hace tanto. Aunque lamentablemente mis Reading Challenge cada vez tienen menos libros (eh, mira, una meta que sí me he marcado, 35 libros en Goodreads para este año como mínimo), me sigue encantando perderme entre páginas. Y, sinceramente, no sé qué dicen las cifras exactamente sobre lo que escribo, depende del mes o del año, pero creo que eso siempre está ahí de alguna manera. Ya analizaré mi 2017 escribiendo. Ser consciente de las cosas está guay también. La cosa es que escribir me gusta demasiado, posiblemente estoy enamorada de escribir. Y, pues eso, como cuando te enamoras, amo escribir y el sentimiento y las sensaciones que me crean son de lo mejor de la vida y una droga, pero a veces me da pereza, otras me enfado, otras me desilusiono un poco para luego volver a coger carrerilla. Pura realidad.

¿Y por qué retomarlo hoy? ¿Por qué no ayer por ser el primer día del año? ¿Por qué no después de tenerlo todo montado? Pues porque hoy, 2 de enero, es el cumpleaños de unos de mis personajes favoritos, uno de los míos. Y creo que no hay mejor manera de honrarle, después de tantos años conmigo, que haciéndolo justo como él lo haría: dejándome llevar.