Reseña #6 | Botchan.
8:00Título original: 坊っちゃん (si sabes leerlo, cinco puntos para tí).
Autor: Natsume Sōseki.
Editorial: Impedimenta.
Fecha de publicación: 2008. (Original: 1906 en una revista.)
Páginas: 234.
Editorial: Impedimenta.
Fecha de publicación: 2008. (Original: 1906 en una revista.)
Páginas: 234.
Reseña sin spoilers.
Llegué a este libro porque fue mi primer ejemplar de mi reto personal y tuve que elegir entre este y otro. Al final, me decanté por Botchan porque me gustó la portada y me llamó la atención que en la biblioteca tuvieran literatura japonesa (es una biblioteca no muy grande y no me esperaba algo así). Y, sin duda, fue una buena elección y me alegró mucho de haber optado por él. Aun así, este libro me tiene un tanto confundida y todavía no sé que pensar de él.
No sé cómo catalogarlo. Está bien, sí, pero tampoco me ha parecido la gran cosa. Me ha gustado más de lo que podría haber pensado (lo elegí porque iba a ser de otra cultura distinta) y, de verdad, tiene muchos mensajes sútiles y entre líneas con son verdades soltadas a la cara. Y eso es lo mejor del libro. Sin embargo, por lo demás, la historia es muy sencilla, el personaje te hace tirarte de los pelos cada dos por tres (y eso es precisamente lo que pretende el autor, así que, más que conseguido) y no hay nada de acción (no, darse mamporros no es acción, lo siento, Botchan). No es un mal libro, de hecho, me ha gustado y me ha parecido muy interesante; además, me ha hecho pensar. Pero no me ha descubierto América, ni creo que volviese a leerlo. Porque sí te hace pensar, te hace darte cuenta de las cosas y lleva toda la razón del mundo en muchas de esas cosas que te deja caer como quién no quiere la cosa; pero, en realidad, nada de lo que dice es nuevo y son verdades que cualquiera puede llegar y decirte con un poquito que se paré a pensar (y, eso que posiblemente la maestría de este libro sea conseguir que te des cuenta de todo lo que pasa delante de tus ojos de la manera más sencilla y común posible). Y, por todo esto, tengo muchos sentimientos encontrados. Creo que es un libro muy bueno, tengo muchas ganas de leer algo más del autor y, de verdad, creo que si se le da una lectura profunda se puede aprender algo de él; pero, a la vez, me ha resultado tan infantil, tan soso y tan común, que ya no sé si quiero creer que es bueno o, bien, es realmente bueno por conseguir calarte sin que te des cuenta. Lo que está claro es que si pretendes leerlo que no sea porque bah, sí, venga, este mismo o porque alguien te obligue hacerlo. Tienes que ser consciente de lo que vas a leer y tienes que saber con lo que te vas a encontrar. No pretendas evadirte con este libro, porque no te vas a evadir. Tu cabeza va a darle mucha vueltas a las cosas sin apenas darte cuenta y no será raro que la pregunta ¿por qué narices sigo leyéndolo? te invada un par de veces a lo largo de la lectura. Pero es eso, al final, sigues leyendo y sigues sorprendiendote.
Tiene frases muy buenas y aprendes bastane curiosidades básicas sobre el japón de la época de Sōseki. La verdad es que he aprendido un par de palabrejas y he aprendido a diferenciar un par de conceptos que yo tenía por iguales (gracias, cine y televisón, gracias). Los personajes son la mar de curiosos y, he aquí otra de mi confusiones respecto al libro, todavía no he decidido si son personajes planos que tienen suerte o personajes complejos que se nos presentan como sin fondo. Me da la sensación de que el autor lo trabajó todo mucho, tantísimo que nos ha ofrecido la historia de la manera que la ofrecería el propio protagonista. Porque sí es tan sencillo, tan lógico, todo es tan fácil para él que a veces te sorprendes. Le queda perfecta la frase de bueno, tonto. Botchan significa niño mimado y, por supuesto, hace referencia al personaje. En el sentido de ven aquí que te van pegar más que de niñato insoportable (aunque tenga sus muchos momentos). Lo realmente bueno de Sōseki es que te saca la venda de los ojos cuando parece que la llevas puesta durante todo el libro. Y tiene sus momentos divertidos (prácticamente, por lo absurdo que llega a ser la situación y, otras, porque podría estar pasándole al vecino de al lado). Otra cosa que me ha gustado mucho es como vende el trabajo de profesor. Es la primera vez que me encuentro con un libro que lo hace ver como un infierno y da razones de por qué. Es decir, hasta ahora me había topado con libros que ponen el oficio por las nubes y te muestran todas las actividades que lo hacen un empleo feliz. O me había topado con libros que hablan de profesores amargados o hastiados que crítican su trabajo pero nunca te dan un por qué serio o profundo. Sōseki sí y, aun así y por mucho que dice, no te tira para atrás. Te pone la realidad delante de la cara como hace con todo. Cada injusticia, vicio o aprecio está ahí y te la describe y muestra tal y como es. La sensación que tenía mientras leía el libro es que no estaba leyendo algo de ficción, algo que hubiera salido de la cabeza de alguien, sino que, más bien, leía una crónica o una experiencia (que su parte de ello tendrá ya que dicen que está inspirado en una fase de la vida de Sōseki). Si te paras a analizarlo, es un buen libro; si solo pasas por encima, es aburrido y un desastre. El problema reside en que es tan sencillo caer en una cosa como en la otra.
Aun así, con todo, lo recomiendo. El que suelte cosas tan sencillas de esa manera a la cara y te haga plantearte algunos detalles me ha ganado. Es una historia muy simple (un profesor que se muda a una región mucho más rural, teniendo en cuenta que venía de Tokio, y tiene que hacerse a la vida y oficio allí) pero está muy cuidada y tiene muchos detallitos que te hacen querer seguir. Y me gustó mucho que el protagonista le pusiera motes a todos los demás profesores y sus momentos de berrinches. Es curioso ver a un niño en el cuerpo de un adulto y, quizá, hasta nosotros mismos pasemos por esas etapas en momentos señalados de nuestra vida. Le doy un 6'5 al final porque por algunas cosas le pondría un 5 y por otras un 9.
Tiene frases muy buenas y aprendes bastane curiosidades básicas sobre el japón de la época de Sōseki. La verdad es que he aprendido un par de palabrejas y he aprendido a diferenciar un par de conceptos que yo tenía por iguales (gracias, cine y televisón, gracias). Los personajes son la mar de curiosos y, he aquí otra de mi confusiones respecto al libro, todavía no he decidido si son personajes planos que tienen suerte o personajes complejos que se nos presentan como sin fondo. Me da la sensación de que el autor lo trabajó todo mucho, tantísimo que nos ha ofrecido la historia de la manera que la ofrecería el propio protagonista. Porque sí es tan sencillo, tan lógico, todo es tan fácil para él que a veces te sorprendes. Le queda perfecta la frase de bueno, tonto. Botchan significa niño mimado y, por supuesto, hace referencia al personaje. En el sentido de ven aquí que te van pegar más que de niñato insoportable (aunque tenga sus muchos momentos). Lo realmente bueno de Sōseki es que te saca la venda de los ojos cuando parece que la llevas puesta durante todo el libro. Y tiene sus momentos divertidos (prácticamente, por lo absurdo que llega a ser la situación y, otras, porque podría estar pasándole al vecino de al lado). Otra cosa que me ha gustado mucho es como vende el trabajo de profesor. Es la primera vez que me encuentro con un libro que lo hace ver como un infierno y da razones de por qué. Es decir, hasta ahora me había topado con libros que ponen el oficio por las nubes y te muestran todas las actividades que lo hacen un empleo feliz. O me había topado con libros que hablan de profesores amargados o hastiados que crítican su trabajo pero nunca te dan un por qué serio o profundo. Sōseki sí y, aun así y por mucho que dice, no te tira para atrás. Te pone la realidad delante de la cara como hace con todo. Cada injusticia, vicio o aprecio está ahí y te la describe y muestra tal y como es. La sensación que tenía mientras leía el libro es que no estaba leyendo algo de ficción, algo que hubiera salido de la cabeza de alguien, sino que, más bien, leía una crónica o una experiencia (que su parte de ello tendrá ya que dicen que está inspirado en una fase de la vida de Sōseki). Si te paras a analizarlo, es un buen libro; si solo pasas por encima, es aburrido y un desastre. El problema reside en que es tan sencillo caer en una cosa como en la otra.
Aun así, con todo, lo recomiendo. El que suelte cosas tan sencillas de esa manera a la cara y te haga plantearte algunos detalles me ha ganado. Es una historia muy simple (un profesor que se muda a una región mucho más rural, teniendo en cuenta que venía de Tokio, y tiene que hacerse a la vida y oficio allí) pero está muy cuidada y tiene muchos detallitos que te hacen querer seguir. Y me gustó mucho que el protagonista le pusiera motes a todos los demás profesores y sus momentos de berrinches. Es curioso ver a un niño en el cuerpo de un adulto y, quizá, hasta nosotros mismos pasemos por esas etapas en momentos señalados de nuestra vida. Le doy un 6'5 al final porque por algunas cosas le pondría un 5 y por otras un 9.
4 comentarios
¿Has tenido que ir a buscar los caracteres para el título original aposta? xDD
ResponderEliminarMe llama la atención que cuente curiosidades de Japón, y la verdad es que tiene buena pinta, sobre todo lo de las verdades que dice y que se vea la profesión de profesor desde otro punto de vista, pero por otra parte creo que si lo leyese pasaría sin pena ni gloria, por lo que cuentas. Si lo encuentro en mi biblioteca, bien, si no, pues nada xD.
Saludos :).
Sí, sí, tuve que tirar de la Wikipedia (y confio que esté bien, vete tú a saber que pone)xD
EliminarBuena elección. Si te topas con él, bien. Si no, tampoco lo echarás de menos.
Un abrazo :3
Creo que este lo dejaré pasar, no me llama demasiado la atención la verdad >,<
ResponderEliminarme quedo por tu blog ^^
Es bastante peculiar así que es normal dejarlo ir.
Eliminar¡Bienvenida! ^^