El día que había pasado de brújula a mapa | Escribiendo #1
9:00
Finales de enero de 2019. Estaba echando un ojo a las convocatorias y concursos que estaban abiertos para los próximos meses porque ya me apetece ponerme en serio con esto de escribir y empezar a probar en algunos sitios. Había encontrado algunas opciones que me parecían buenas y me atraían (esto último lo más importante, no hay que escribir forzadamente) y la emoción me hizo empezar a pensar en historias que podría desarrollar dentro de lo que se pedían. Desempolvé viejas ideas, eché un vistazo a mi larga lista de "posibles proyectos e ideas" y alguna nueva nació. Empecé a abrir documentos para ponerlo por escrito y que fuera más real. Y, entonces, pasó. Me dí cuenta. Estaba planificando, estaba diciéndome a mí misma que hasta que no tuviera todo atado y más o menos ubicado no empezaría a escribir.
¿Quién era esta Raw? ¿Cuánto tiempo llevaba aquí y cuánto tiempo había estado negando lo innegable?
Lo cierto es que siempre he empezado a escribir sin pararme a pensar mucho. Venía la idea, le daba un par de vueltas, hacía un par de anotaciones y, aunque mentalmente visualizaba algunas cosas y quería algunas ideas, me lanzaba a escribir antes de que todo estuviera previsto. Me gustaba sorprenderme e ir construyendo poco a poco. Sorprendentemente, luego las cosas encajaban, a veces me sigo preguntando cómo. Pero nunca acababa nada. Muchas cosas empezadas, muchas ideas, trozos escritos que de verdad me encantan, pero ahí están: inconclusos.
Entonces llegó un concurso en los Foros de Laura Gallego que llamaron "Love is in the air" y con sus condicionantes y una idea previa que tenía nació "Eclosión". Eclosión sí fue planificada. No desde su principio, pero sí solía tener preparados los capítulos siguientes y un hilo conductor, un algo a lo que quería llegar y que sabía más o menos por dónde iría. Y lo acabé. Conseguí presentar una historia, mi primera historia, acabada. Era una primera parte, no está la siguiente y no está revisada, pero ahí estaba. Y descubrí que los capítulos cortos a veces me iban bien y que saber qué iba a ir escribiendo antes de lanzarme a escribir y ajustar escenas que ya había imaginado también me iba bien.
Tener los capítulos planteados en una escaleta, conocer algo de los personajes y tener una especie de "FAQ" o curiosidades y datos sobre lo que voy a escribir me permite seguir avanzando sin estancarme. Si sé lo que va a ir pasando, no tengo problema en ponerme a escribir. Si lo dejo en el aire, lo pospongo. Esa, quizá, ha sido mi clave para pasar a ser de mapa. Aunque nunca lo defino todo al completo. Por ejemplo, en la novelette que estoy escribiendo ahora mismo solo tengo planteado que pasa en cada capítulo de manera principal, pero hay escenas o acciones que transcurren en el capítulo que surgen sobre la marcha. Quizá, Z y A tienen que estar sí o sí, pero mientras escribo también introduzco a W y X con ellos. Cosas de ese estilo. Es una planificación "estructural".
Creo que, al final, he encontrado mi manera de organizarme y ponerme en serio con los proyectos. Me gusta y me amoldo bien a ella, me siento cómoda, que es lo más importante. Además, me permite emocionarme mucho sobre los proyectos y verlos más claros en mi mente. Creo que tener un camino por el que avanzar, aunque vaya descubriendo las "vistas" mientras lo ando, me viene muy bien. No niego que echo un poco de menos, cuando todo iba surgiendo sobre la marcha, pero es verdad que siempre tenía alguna escena o algún personaje en mente.
Aun así, no soy de las que creen que haya que ser totalmente brújula o totalmente mapa (si no sabes a qué me refiero, estos dos artículos, el de Sinjania y el de Literup sobre ello son bastante claros). Me gusta más el concepto de jardinero que encontré una vez por Twitter (si consigo encontrar el hilo dónde leí sobre ello, lo redireccionaré), un poquito de cada uno y hacer crecer un jardín sabiendo lo que tienes entre manos. Una combinación de la productividad de saber por dónde caminas y la maravilla y emoción de construir sobre la marcha me parecen los mejores ingredientes para disfrutar bien de la escrituras.
¿Y tú? ¿De qué eres más? ¿Mapa? ¿Brújula? ¿Mitad y mitad?
Lo cierto es que siempre he empezado a escribir sin pararme a pensar mucho. Venía la idea, le daba un par de vueltas, hacía un par de anotaciones y, aunque mentalmente visualizaba algunas cosas y quería algunas ideas, me lanzaba a escribir antes de que todo estuviera previsto. Me gustaba sorprenderme e ir construyendo poco a poco. Sorprendentemente, luego las cosas encajaban, a veces me sigo preguntando cómo. Pero nunca acababa nada. Muchas cosas empezadas, muchas ideas, trozos escritos que de verdad me encantan, pero ahí están: inconclusos.
Entonces llegó un concurso en los Foros de Laura Gallego que llamaron "Love is in the air" y con sus condicionantes y una idea previa que tenía nació "Eclosión". Eclosión sí fue planificada. No desde su principio, pero sí solía tener preparados los capítulos siguientes y un hilo conductor, un algo a lo que quería llegar y que sabía más o menos por dónde iría. Y lo acabé. Conseguí presentar una historia, mi primera historia, acabada. Era una primera parte, no está la siguiente y no está revisada, pero ahí estaba. Y descubrí que los capítulos cortos a veces me iban bien y que saber qué iba a ir escribiendo antes de lanzarme a escribir y ajustar escenas que ya había imaginado también me iba bien.
Tener los capítulos planteados en una escaleta, conocer algo de los personajes y tener una especie de "FAQ" o curiosidades y datos sobre lo que voy a escribir me permite seguir avanzando sin estancarme. Si sé lo que va a ir pasando, no tengo problema en ponerme a escribir. Si lo dejo en el aire, lo pospongo. Esa, quizá, ha sido mi clave para pasar a ser de mapa. Aunque nunca lo defino todo al completo. Por ejemplo, en la novelette que estoy escribiendo ahora mismo solo tengo planteado que pasa en cada capítulo de manera principal, pero hay escenas o acciones que transcurren en el capítulo que surgen sobre la marcha. Quizá, Z y A tienen que estar sí o sí, pero mientras escribo también introduzco a W y X con ellos. Cosas de ese estilo. Es una planificación "estructural".
Creo que, al final, he encontrado mi manera de organizarme y ponerme en serio con los proyectos. Me gusta y me amoldo bien a ella, me siento cómoda, que es lo más importante. Además, me permite emocionarme mucho sobre los proyectos y verlos más claros en mi mente. Creo que tener un camino por el que avanzar, aunque vaya descubriendo las "vistas" mientras lo ando, me viene muy bien. No niego que echo un poco de menos, cuando todo iba surgiendo sobre la marcha, pero es verdad que siempre tenía alguna escena o algún personaje en mente.
Aun así, no soy de las que creen que haya que ser totalmente brújula o totalmente mapa (si no sabes a qué me refiero, estos dos artículos, el de Sinjania y el de Literup sobre ello son bastante claros). Me gusta más el concepto de jardinero que encontré una vez por Twitter (si consigo encontrar el hilo dónde leí sobre ello, lo redireccionaré), un poquito de cada uno y hacer crecer un jardín sabiendo lo que tienes entre manos. Una combinación de la productividad de saber por dónde caminas y la maravilla y emoción de construir sobre la marcha me parecen los mejores ingredientes para disfrutar bien de la escrituras.
¿Y tú? ¿De qué eres más? ¿Mapa? ¿Brújula? ¿Mitad y mitad?
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