Llevaba años diciendo que tenía que empezar a presentar escritos a editoriales. Era muy consciente de los concursos que existen desde hacía mucho, gracias a webs como la de Escritores.org o, más recientemente, Twitter y algunos de los varios blogs que sigo. Pero nunca terminaba de decidirme o nunca llegaba a tener nada completado para la fecha (todos esos Premios Jordi que quise intentar serán una espinita clavada durante mucho tiempo y para siempre). Pero, aun así, creo que todo esto es más bien cuestión de que llega un momento en el que las cosas pasan. Al final aparece la determinación y ocurren. Y creo que para mí el punto de inflexión ha sido este año. 

Hasta ahora sí que me he presentado a algún que otro concurso de relatos o cuentos a nivel local (ganarlos cuando eres pequeña siempre emociona) o estuve participando en los castings de "OT Escritores" (os iba a enlazar el blog del proyecto pero ya no está), pero nunca había llegado a ese nivel en el que algo tuyo (tenga las posibilidades que tenga) está en un concurso que pertenece a una editorial, dónde hay posibilidad de publicación y, también, de remuneración. Pero al inicio de este año eché un ojo a varios concursos, porque Twitter y un amigo que se dedica a recopilar todos los que ve me los pusieron muy cerquita, y decidí en cuáles me apetecía participar. Además, supongo que también tiene un plus siempre que tus amigas escritoras también se lancen contigo a la piscina (algún día te contaré como descubrir que la escritura no era un oficio solitario me hizo tan feliz).

El primero de todos ellos, que cumplía su plazo de recepción de 28 de febrero, era el de Proyecto Fernweh [clic] de Literup y lo conseguí. Por primera vez, conseguí mandar acabado un escrito para mandarlo a una editorial. Y, por supuesto, existen unas sensaciones al respecto.

Se trata de un relato y, sinceramente, no es mucho mi estilo. O, al menos, nunca había sido un género que hubiera utilizado mucho (salvo, si tienes en cuenta que el rol son relatos inacabados, a plazos y escritos a más de dos manos). Sin embargo, me siento bastante cómoda escribiendo en esta extensión y, ahora que estoy con otros, creo que puedo llegar a cogerle el gusto por mucho que prefiera una extensión más grande.

También para mi propia sorpresa, se trata de un relato de terror, aunque yo lo consideraría más bien de fantasía/terror. Y no sé del todo sí da un miedo real o solo un poco de mala sensación. Eso me pasa por lanzarme a escribir sobre géneros de los que no soy lectora (pero eso da para una entrada en otro momento, porque la reflexión puede ser guay). Sin embargo, y como me pasó con la extensión, la verdad es que estoy bastante contenta de haberme lanzado y ver el resultado final.

La historia que he escrito me gusta, me gusta mucho. Es una idea que llevaba un tiempo rondándome la menta y verla plasmada y poder leerla ya ha merecido la pena. No sé si el relato será elegido o no, para el fallo todavía queda, pero hoy le diría a la yo de hace algunos años que miraba con mucho respeto las convocatorias que lanzarse a la piscina ha sentado muy bien. Siempre me ha dado cierto reparo empezar a mandar cosas (principalmente, porque nunca acababa nada, benditos relatos para eso, supongo (?)), pero tengo la sensación de que le voy a coger el gusto a esto. Además, el ambiente que hay por Twitter y, en general, en el mundillo me gusta. Siempre he sido de esas que han estado en todos lados... pero en las sombras. Y creo que ha llegado la hora de salir un poco, de terminar con el miedo que me daba dejar de ser invisible en las cosas que me gustan y de probar.

Si tú estás como estaba yo, ¡inténtalo! Es bueno esperar el momento en el que nos sintamos preparados, pero en el fondo creo que yo estaba preparada mucho antes (pero, la pereza, ay, la pereza, mi pecado capital) y, luego, llegó el momento y las circunstancias. Así que, ¿tú has participado ya en convocatorias y concursos? ¿Cómo ha ido? ¿Qué es lo que sueles sentir al mandar un escrito?